Aquí tienes unos consejos muy útiles con los que podrás reducir, e incluso, eliminar la ansiedad.
La ansiedad es una emoción que, en la mayoría de los casos, suele responder a una situación estresante. Por desgracia, estar sometido a estrés y ansiedad suele ser algo bastante habitual en nuestro día a día.
En este post, te vamos a dar las claves para que, primero, identifiques aquello que te causa ansiedad y, segundo, puedas reducirlo.
Deja de informarte.
Tener información sobre la ansiedad no es malo siempre y cuando ésta no te genere más sufrimiento. Lo ideal es que acudas, cuanto antes mejor, a un profesional para que te ayude a gestionar esta situación.
Ocúpate, sin preocuparte.
Puedes realizar un plannig semanal en el que, indiques cosas tan básicas como cuándo te levantas o comes, por ejemplo. Una vez te hayas planificado lo que tocará será reorganizar las tareas de casa en las que tendrás que tener en cuenta las tareas pendientes para acabarlas, jugar en familia para socializarte, cocinar para una correcta alimentación y, comenzar o continuar, con hobbies que, de forma individual o colectiva, te enriquezcan.
Si sigues esto, estarás ocupadx pero no preocupadx.
Ejercicio físico.
Practicar ejercicio tiene efectos positivos tanto a nivel psicológico como físico. Lo importante no es convertirte en un súper atleta sino que te muevas.
Practica técnicas de relajación.
La dificultad para respirar es uno de los primeros síntomas de la ansiedad.
Para poder controlarla, puedes practicar la respiración diafragmática o la relajación muscular progresiva de Jacobson, para mejorar la oxigenación y, por tanto, a reducir la ansiedad.
Duerme bien.
La ansiedad suele provocar dificultad para dormir. Es importante que cuides este aspecto porque, además, es un perfecto indicador de tu estado de ánimo.
Socialízate.
Socialízate pero no para hablar de tu estado emocional sino para tratar otros temas que puedan ayudarte a desconectar.
Cuida la convivencia.
Aunque no lo estés pasando bien debes evitar comunicarte con los que te rodean de forma brusca que te lleve a hacer reproches que no conducen nada más que a discutir.
Además, es importante que atiendas las emociones de los demás y que permitas que, el resto, se exprese.
Expresa tus emociones.
Expresa tus emociones –miedo, alegría, tristeza, ira, asco y sorpresa- y conseguirás reducir aún más la ansiedad y la angustia.